lunes, 28 de mayo de 2012

De la libertad como pretexto

En determinado momento de la vida creemos que las cosas serán sencillas, siempre con grandes expectativas del futuro, de lo que haremos.


Cuando somos niños somos seres egoístas, malvados, aunque con una malicia que no afecta en gran escala. Sin embargo, después llega la parte en que comenzamos a ser influidos por nuestro entorno, comenzamos a darle un valor a todas las cosas prácticamente, vamos adquiriendo estigmas, tomando creencias de lo que es "bueno" y de los que es "malo". Todo dictado por nuestro entorno, y con valores ajenos.

Ahí el gran error de nuestras vidas y del cual depende nuestro futuro es tomar como propios esos valores, nuestro criterio influenciado, manchado por los demás.

¿Y entonces qué pasa?, todo pierde entonces objetividad, comenzamos a juzgar a los que consideramos diferentes, en ideas, en acciones, en la forma de expresarse, no aceptamos las diferencias, las condenamos, porque nos han enseñado que todo debería ser de tal o cual forma y entonces vagamos por la vida, señalando todo aquello que resulte contrario a lo que en nuestra mentecita tenemos clavado como verdad.

Cada quien se forma su propia verdad, la cual se cae a pedazos conforme vamos avanzando por la vida, nuevas verdades se nos ponen en frente y que pasa entonces?, volvemos a caer en el error nuevamente y vamos tomando pedazos de verdades, igualmente influenciados por lo que creemos una mente superior o con más sabiduría.

Consecuencias, nos convertimos en seres con personalidad prestada, sin nada de originalidad, y acusamos, condenamos, maldecimos, odiamos, bloqueamos, juzgamos, al que no se parece a nosotros, al que no comulga con nuestras ideas. Pero entonces, resulta que lo que creemos contrario o incorrecto es apoyado por un grupo que nos comienza a juzgar y condenar por no unirnos a ellos.

Y entonces el monstruo surge, esa masa que no comprendemos y que al principio condenábamos nos intimida y por ese estigma que traemos nos dejamos comer y nos convertimos en seres sin voluntad, que comienza a juzgar a esa idea que es contraria, y si no estás a su favor eres su enemigo.

¿Y a que viene todo esto?, resulta que uno de los principales derechos de todas las personas es la libertad.

Pero ¿qué es la libertad?, en principio es algo en lo cual se han deshecho los sesos miles de personas, a través de la historia de la humanidad. Si nos ponemos a revisar la historia de la humanidad nos encontramos que de alguna u otra forma se ha luchado por ese bien tan preciado de la libertad.

Sin embargo, dicha libertad siempre se ha mermado porque existen diferencias entre los seres humanos, o más bien los seres humanos han creado esas diferencias, y crear conceptos de inferioridad y superioridad, que si por el color, que por la cantidad de recursos que se tienen, que por la fuerza física, que por la belleza, conceptos que son impuestos a los demás, haciendo creer a los demás que otro ser humano tiene más derecho por la mera idea de su superioridad.

Qué es la libertad, es hacer todo lo que se nos venga en gana, grave error creer en ello, a mi manera de ver es hacer lo que se quiera hacer sin ninguna influencia, sin pensar en consecuencias, sin valoraciones, ser como el mundo es, sin ninguna valoración del exterior, sin miedos. Es una mera idea, ideas que forman parte de este mundo y de las cuales quedamos atados, cadenas dice Rosseau, que nos vamos encontrando a la vida, ¿y entonces que pasó?, ¿dónde quedó esa afamada libertad?.

Acaso nunca ha existido, somos prisioneros siempre de algo, de alguien, ¿estamos destinados a no ser libres nunca?, ¿los espíritus libres que tanto nos han dicho no existen?.

Pues insisto, son sólo ideas, que confundimos con convicciones propias cuando son meras ideas que han sido inyectadas en nuestras mentes, como un suero que va en nuestro torrente sanguíneo.

Pero porqué escribir de esto, pues porqué lamentablemente he notado una necesidad tremenda en toda la sociedad de perder la poca libertad que tiene, de necesariamente quedar atrapado en una idea firme de que lo que se piensa que es "bueno" por personas ajenas a nuestro entorno y que tienen una influencia por mover masas, es lo que es correcto, lo que nos llevará a ser libres.

Sin embargo, el monstruo de la masa actúa por interés propio, quiere que quedemos atrapados en esa idea, que no seamos nosotros mismos, quiere controlarnos, quiere que su "valor" sea el de nosotros, que dejemos nuestra esencia para que ese monstruo logre ser y cumplir su deseo. Nuestra libertad se convierte en algo secundario con tal de que esa masa logre un objetivo, que desconocemos, con el que creemos coincidir, pero que en realidad es una mera ilusión.

Su pretexto es el bienestar común, el que todos sean iguales, el que todos disfruten de lo que hay en el mundo, "salvar" al débil, convertirnos en redentores, en héroes que castigan al que ha abusado del débil que no ha podido defenderse, bajo esa falsa idea de "despertar", de señalar que el egoísmo es malo, que el hecho de que te preocupes por ti mismo es malo, que no comulgues con la idea de esa masa te hace diferente a ellos y no mereces ser parte de la comunidad.

Y que pasa entonces, el miedo llega. Hemos llegado a un punto en que si las minorías logran hacerse notar, y convencer que son mejores que los demás, e imponer una idea vaga de lo que es "correcto", dejando de lado la propia naturaleza egoísta del ser humano, y lo convierte en un mero zombie.

No sé si sea correcto o incorrecto, de lo que estoy convencido es que el mundo está tomando un camino peligroso y de retroceso, dispuesto a ceder su propia libertad, su propia naturaleza al creer que preocuparse antes por los demás que por sí mismo es la verdadera razón por la cual está en el mundo, aunque es lo más sencillo. Esperemos que la masa no logre conquistar al mundo, y que nos logremos zafar de esas nuevas cadenas que poco a poco nos van aprisionando, solo les recuerdo que por la libertad siempre se ha luchado en este mundo desde tiempos inmemorables, y tratar de encadenar a alguien más no es la vía de llegar a esa libertad,

Yo mientras tanto contemplaré al mundo y nadaré en el sentido que yo crea que es el mejor, sólo espero que no me pierda en el camino, a mi parecer no puedes preocuparte por los demás sino eres libre primero tú. La amoralidad siempre ayuda un poco a tomar las mejores decisiones.

No quiero libertad a costa de encadenar o imposición, el mundo ya ha tenido suficientes tiranos para ahora echarnos unos más a la bolsa.